“If you want to teach people a new way of thinking, don’t bother trying to teach them. Instead, give them a tool, the use of which will lead to new ways of thinking.”
― Richard Buckminster Fuller
Las herramientas más comunes de una oficina moderna son las de ofimática. Diariamente abrimos el correo electrónico, las hojas de cálculo, las presentaciones y los documentos para trabajar en ellos. Al mismo tiempo abrimos el chat, para conversar sobre el trabajo con nuestros supervisores o compañeros.
Son estas herramientas las que establecen los límites de lo que hacemos.
Cuando queremos cambiar la manera en que trabajamos, a veces buscamos consultorías que nos ayuden a pensar fuera de la caja. Analizamos nuestros procesos, y buscamos la innovación en otros lados.
Quizá lo único que necesitamos para comenzar, es cambiar esa caja de herramientas, por una que nos permita trabajar de una manera radicalmente nueva.
Un calendario que no sólo vea nuestra agenda, sino la de todo el equipo. Una hoja de cálculo que permita colaborar en tiempo real. Un documento que permita revisión y cambios inmediatos por los responsables del mismo. Comunicación y colaboración inmediata justo en el corazón del trabajo.